Un poco de ciencia: Promotores de testosterona

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LA CIENCIA DETRÁS DE LOS PROMOTORES DE TESTOSTERONA.

El aumento de la testosterona es uno de los mensajes más poderosos usados en el marketing de los suplementos. Creemos que con solo mencionarla agregamos 15 kilos más a la prensa de banco y tenemos la destreza de hombres musculosos que toman Viagra. A pesar de todos los productos disponibles, por suerte, no se ven musculosos descomunales con priapismo.

Hay muchos productos que tienen la propiedad de “promover la testosterona” cuando ante las condiciones propicias y en sujetos correctos. Lamentablemente, la comercialización se dirige a menudo al público incorrecto y bajo las condiciones equivocadas. Las “prohormonas” y los “esteroides de diseño” no forman parte de este artículo ya que “reemplazan” a la testosterona como andrógenos exógenos en vez de afectar la producción natural de testosterona.

PUEDE QUE NO AUMENTES

Es importante entender que el aumento transitorio de testosterona no produce necesariamente un aumento de musculatura, fuerza ni ningún otro aumento de relevancia. La testosterona fluctúa a lo largo del día, por eso, hay subas y bajas naturales. Si se mide la testosterona mientras está en baja, al medirla 30 minutos después, se podría observar un “aumento” de la misma. En reposo, la concentración de testosterona puede variar de 30 a 50 por ciento durante el día y puede ocurrir un aumento repentino después del entrenamiento de resistencia de alta intensidad en el cual se ejerciten grupos musculares grandes.1 Estudios de dosis escaladas de testosterona demuestran pocos efectos en la masa o en la fuerza hasta lograr una concentración suprafisiológica constante en hombres jóvenes y sanos.2

PRODUCCIÓN

La testosterona se produce como respuesta a las hormonas reguladoras de la glándula pituitaria del cerebro, la cual está regulada por el hipotálamo, también en el cerebro, y a su vez, el hipotálamo, está regulado por la concentración de testosterona y sus metabolitos, en particular el estradiol, (un estrógeno). Esto se llama retroalimentación negativa, a mayor producción de testosterona, menor es la señal para producirla; cuando la testosterona baja, el eje hipotalámico- pituitario envía una señal para producir más.

La producción real de testosterona ocurre en las células de Leydig dentro de los testículos. La concentración basal se mantiene aún en la glándula hipotalámica- pituitaria en casos de edad avanzada o
de disfunción. Se necesita un “promotor de testosterona” efectivo que eleve la concentración de testosterona lo suficiente como para aumentar la exposición total diaria y brindar “picos” potentes que aumenten los procesos anabólicos en el músculo esquelético. Además, los “promotores de testosterona” tienen que elevarla sin incrementar la conversión al estradiol, de lo contrario podrían producirse efectos adversos. La androstenediona, la primera prohormona, mantiene una concentración elevada de estrógeno mucho más que la testosterona, la cual no manifestó cambios después de una breve subida en las primeras semanas.3

FUNCIONES DE UN PROMOTOR DE TESTOSTERONA

Dado todo lo mencionado hasta ahora, es crucial entender que “un promotor de testosterona” tiene que desempeñar las siguientes funciones:

Aumentar la señalización a los testículos para producir más testosterona

Aumentar la respuesta de las células de Leydig

Mejorar la sensibilidad del hipotálamo o glándula pituitaria ante la reducción de testosterona

Reducir la supresión de la señalización hipotalámica-pituitaria por la testosterona y sus metabolitos

Reducir la exposición estrogénica mediante la conversión de aromatasa es un factor relativo que podría ser sumamente favorable, además del aumento de la sensibilidad del músculo esquelético a la testosterona. También es posible que haya contaminantes “tóxicos” o alteradores endocrinos que puedan ser eliminados o rechazados mediante una protección. Dado que no existe una sola manera de aumentar la testosterona en hombres con una producción de normal a alta, el enfoque práctico es un producto con múltiples ingredientes que influya en todas estas vías. Sin embargo, ¿existe alguna garantía?

CONSUMIR SUPLEMENTOS DE MANERA RESPONSABLE

Hay varias cosas que hay que considerar al evaluar la importancia y la eficacia de los “promotores de testosterona”. Primero, ante la presencia de esteroides anabólicos androgénicos exógenos (AAS), no hay ningún otro suplemento “promotor de testosterona” que brinde beneficios adicionales, salvo que esté adulterado con drogas farmacéuticas.4 Incluso en el ciclo posterior a la recuperación hay que bajar la concentración de AAS antes de que este suplemento pueda tener efecto. El eje hipotalámico pituitario no aumenta la producción de testosterona en un sistema repleto de AAS.

En segundo lugar, los suplementos individuales no producen efectos suprafisiológicos debido a la retroalimentación negativa del organismo. Hay que considerar que aun las drogas farmacéuticas y biológicas no tienen una concentración prolongada de testosterona suprafisiológica. No existe ningún fisiculturista ni atleta que haya logrado aumentar los músculos o la fuerza mediante el uso incorrecto de hCG, Clomid, inhibidores de aromatasa, inhibidores PDE5 u otras drogas que promuevan la actividad del hipotálamo, de las glándulas pituitarias o de los testículos. Los beneficios y efectos yacen principalmente en revertir el declive asociado con el envejecimiento o con la protección contra los afectos adversos relacionados con el exceso de anabólicos esteroides o durante la terapia de post-ciclo. Pueden aumentar la testosterona en hombres sanos que manifiesten niveles de normales a bajos de testosterona.

Por último, las células de Leydig solo pueden producir una cantidad de testosterona. Mas allá de los picos fisiológicos, aun durante las subas salvajes de la adolescencia, estas células se “consumen” para mantener semejante concentración testosterona. Bajo los efectos estimulantes de hCG, la producción de testosterona aumenta, pero el exceso de hCG crea un daño de radicales libres que perjudica las enzimas esteroidogénicas implicadas en la producción de testosterona.5,6

Por lo tanto, los productos no actúan como meros promotores de testosterona con la estimulación transitoria de la tasa de producción, sin importar que lo haga mediante la estimulación directa de las células de Leydig o un aumento de la actividad del
eje hipotalámico-pituitario. Como evidencia, podemos considerar que la enfermedad conocida como testotoxicosis (concentración tóxica de testosterona) casi no se reporta en hombres adultos y está ausente en casos de dopaje deportivo.

El enfoque práctico exige que la producción máxima esté acompañada por menos eliminación y mayor disponibilidad de tejido para lograr concentraciones similares a la administración moderada de testosterona suprafisiológica (ej. 200 mg de enantato de testosterona inyectado por semana).

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