LIBRO SOBRE LOS SARMs -INTRODUCCIÓN

Hola de nuevo, amigos del foro. Les ofrezco la introducción del libro completa. Si alguien piensa que quién es este que se atreve a presentar un libro, puede leer sobre mí en http://www.jcruizfranco.es y http://www.drogasinteligentes.com .
En esas dos webs pueden ver mis libros publicados y otros que pueden descargarse en formato digital.

  1. INTRODUCCIÓN
    ¿Anabolizantes? ¡Precaución! ¡Peligro para la salud! Relacionamos enseguida esa palabra maldita con titulares de prensa que hablan de dopaje de atletas, con bandas de traficantes que se lucran vendiendo sustancias prohibidas a deportistas que quieren mejorar su rendimiento por métodos ilícitos y con culturistas inyectándose sin ningún pudor en el vestuario. Pero esa descripción es una pequeña parte del entramado, y lo cierto es que no solo los profesionales y los más avanzados se administran anabólicos porque ansían la victoria a cualquier precio. El ser humano, desde que el homo es sapiens, siempre ha querido superarse en uno o varios ámbitos, porque el hecho de querer ser más viene integrado en su propia condición. Ser más inteligente, más bello, más esbelto, más musculoso (sea cual fuere la motivación) están entre las cualidades que hemos buscado en todo momento, y no por casualidad las relacionadas con el físico se han dado en su mayor parte en épocas históricas en que se ha rendido culto al cuerpo, principalmente la Grecia clásica y la época actual, desde mediados del siglo XX, coincidiendo con los momentos de mayor prosperidad económica.
    Los medios para conseguir esas mejoras han sido muy diversos, pero principalmente han consistido en la práctica de ejercicio para aportar el estímulo adecuado a los músculos y en el consumo de una dieta apropiada, con suficientes calorías a fin de disponer de combustible para la máquina del organismo, pero sin excederse para no caer en la obesidad; además de la administración de suplementos naturales o químicos para contar con un empujón adicional, tan necesario para individuos sin una disposición genética privilegiada. Con esto estamos mencionando ya el mundo del doping; enseguida entraremos en materia. Pero no se preocupen de ningún modo: los SARMs, las sustancias que vamos a tratar en este libro, no constituyen ningún peligro al estilo de los esteroides anabolizantes. Son prácticamente inocuas si se saben utilizar bien y con moderación. Y estamos seguros de que ustedes las utilizarán correctamente si leen con detenimiento lo que vamos a explicarles. Imaginemos que los lectores aprenden a utilizar los SARMs, y que con ello son capaces de hacer crecer su musculatura sin problemas. Pues bien, esto es posible si siguen correctamente las pautas descritas en este libro.
    La exposición de los suplementos existentes es el tema de algunas buenas obras, como Ayudas ergogénicas y nutricionales. En nuestro caso trataremos de sustancias químicas, pero ya hemos dicho que no hablaremos de los conocidos -y en ocasiones injustamente denostados- anabolizantes, que potencian el rendimiento influyendo sobre los receptores de andrógenos de todo el organismo y que producen una mayor síntesis de proteínas, origen del desarrollo muscular. Los esteroides son sin duda un buen atajo que permite conseguir en unos meses lo que de por sí llevaría años, o que bien no se alcanzaría nunca porque la genética es un factor limitante que dicta lo que nuestro cuerpo puede llegar a conseguir y lo que no. Estos compuestos son los más conocidos en lo relativo a acelerar artificialmente el crecimiento del músculo, pero no son los únicos. Desde que existen se han intentado hallar otras sustancias que exhiban sus mismas propiedades, pero sin tener que lidiar con sus numerosos efectos secundarios. Y aquí entran en juego los protagonistas de este libro, los SARMs, los Moduladores Selectivos de los Receptores de Andrógenos, una clase de fármacos más o menos recientes -terapéuticos en principio-, que tienen propiedades similares a los anabolizantes, pero con una menor actividad androgénica -es decir, hormonal-, que es el origen de los problemas. Esto significa que poseen todas o la mayoría de las características de los esteroides, sin sus potenciales efectos secundarios. Los SARMs fueron descubiertos por azar (la siempre presente serendipia científica) hace apenas treinta años, y sus moléculas se están modificando para disminuir aún más los efectos androgénicos, ya bastante reducidos en comparación con los anabolizantes.
    Este libro va a hacer una revisión de los SARMs disponibles, de sus características, de su uso y de los intentos por perfeccionarlos. La tarea no es fácil porque se dispone de muy pocos estudios, en su mayoría con animales, y la información procede principalmente de la práctica individual diaria de los culturistas y los adeptos al fitness, sin estructurarse en investigaciones. Por ello, el factor subjetivo estará siempre presente y el usuario tendrá que permanecer muy pendiente de los efectos que estas sustancias producen sobre su físico para aprender sobre ellas poco a poco, conociéndose a sí mismo. Por otra parte, intentaremos ser lo más objetivos que podamos y expondremos la información sobre estas sustancias sin animar a consumirlos como panaceas ni a criticarlos para que los atletas huyan de ellos como de la pes te. Y así, sin más preámbulos, nos adentramos en el apasionante mundo de los SARMs. Esperamos y deseamos que el lector aprenda y disfrute de este viaje por el ámbito de la química para después aplicar eficazmente a su cuerpo los conocimientos obtenidos.

Los sarms en su momento fueron una interesante propuesta teórica sobre la mesa. Sin embargo multitud de atletas (durante bastantes años ya) han reportado bastante variedad de efectos secundarios relacionados con su uso y sintomatología en muchos casos asociada a alteraciones en los valores de parámetros básicos importantes de muestras de sangre. Esto se ha tratado extensamente en el foro.

Cierto es que hablando de forma general el nivel de los efectos secundarios de los sarms no es el mismo que el de los esteroides pero tampoco lo es la mejora en rendimiento o estética que proporcionan. Cuando se trata de conseguir el mismo nivel de soporte ergogénico con su uso a través del manejo de dosis altas la diferencia con los esteroides sintéticos orales es escasa si es que la hay.

La gran ventaja de los esteroides orales sobre lo sarms está en que los primeros han sido estudiados ampliamente durante décadas tanto en lo clínico como en lo deportivo, de hecho todos en ciertos períodos todos han llegado a estar comercializados legalmente como medicamentos, lo que no sucede con los sarms cuyas investigaciones sobre sus efectos han sido prácticamente todas descontinuadas. Esto presenta una importante desventaja para los sarms en relación a los viejos esteroides orales.

Precisamente en el foro se está tratando también este punto, y se está proporcionando información sobre cómo los esteroides orales usados de forma ‘’más correcta’’ o más cercana al contexto real para el que fueron diseñados pueden proporcionar una considerable ayuda si tanto riesgo para la salud. El compañero @sethh se está encargado de esto y arrojar luz sobre este aspecto. Claro está el manejo de los EAAs sintéticos orales de esta forma dista bastante de la tradicional que se ha manejado en el ámbito del fitness/culturismo.

Con esto no estoy diciendo que los sarms no sirvan ni me considero un antisarms. Pienso que son una herramienta más con la que se puede contar para determinados objetivos, como también los son los famosos péptidos para investigación. Simplemente señalo que el período histórico de la inocuidad de los sarms ya pasó, y tenemos que ser conscientes de en qué posición están ahora como herramienta ergogénica, teniendo presente la multitud de reportes de usuarios desde que se empezaron a comercializar en el mercado clandestino y también la limitación de los estudios científicos disponibles sobre sus mecanismos de acción. Un saludo.

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Por supuesto, los SARMs tienen posibles efectos secundarios, como fármacos que son. Todos los fármacos (o drogas, hablando más propiamente, porque son drogas) tienen efectos secundarios. Pero la gracia de los SARMs, frente a los esteroides, es que, consumidos en dosis razonables, apenas presentan efectos adversos, a no ser alguna reacción alérgica propia del individuo que los consume, y muchas veces hacen innecesaria una PCT, que siempre es necesaria con los esteroides. Por eso son muy adecuados para personas sin experiencia con esteroides, antes de dar el gran paso hacia la química; y también para usuarios crónicos de esteroides, cuando quieren hacer un descanso de su dieta de anabolizantes.
Eso no quita que haya SARMs sofisticados cuyo uso hace necesaria una PCT, y lo mismo si se utilizan los más conocidos en dosis altas. Con ese consumo se generan unas ganancias notables, que se mantienen actuando correctamente en el post-ciclo.
Por lo tanto, podemos ver que los SARMs tienen un uso legítimo, alternativo a los esteroides. Los novatos en el uso de la química pueden utilizar ostarine y/o algún otro SARM “suave”.
De todas formas, como ya he dicho en otro foro, esto es solo la introducción. En España solo ganan dinero escribiendo los autores a los que les promociona una editorial potente (Planeta, Espasa) en forma de reseñas en periódicos y revistas y de publicidad en los medios. Los demás nos tenemos que conformar con que el lector quede satisfecho. Así que, aunque lo que he copiado es solo la introducción, si piensas que debo hacer modificaciones o añadidos, agradezco tu ayuda y lo que puedas aportar a lo poco que puedes ver del libro. Y, por supuesto, citaré tu nombre en los agradecimientos, como debe ser. Me tomo las críticas positivamente y me sirven para mejorar lo que escribo.
Un saludo

Habría que definir cuales son las dosis razonables (desde el punto de vista clínico y desde el del rendimiento físico) de los sarms y de su contrapartida en eaas, es decir los orales sintéticos. La cuestión es que los eaas sintéticos orales también tienen esa ventaja que señalas cuando se usan a dosis bajas o razonables. Y ambos grupos de fármacos cuando se usan a dosis más altas para conseguir un rendimiento físico más notable empiezan a causar efectos secundarios.

Entiendo tu punto de vista pues yo mismo lo he llegado a tener, pero la experiencia me ido haciendo ver otra cosa…

No lo son tanto, esto dependerá el conocimiento que tenga el usuario potencial de sarms y en la mayoría de los casos éste está basado en la información que proporcionan los propios vendedores de sarms que no conduce precísamente a ese uso seguro o razonable del que estamos hablando.

Bueno tan legítimo como pueda ser usar esteroides, péptidos o cualquier otra sustancia fabricada en el mercado negro y no comercializada de forma regulada… Este es el punto que quiero destacar, el entrar con buen pie en el mundo de la farmacología no depende se si decidimos usar sarms, esteroides o cualquier otra sustancia, sino del grado de conocimiento previo (y responsabilidad) que tenemos sobre cómo funcionan y afectan a nuestro organismo. Esto sí marca la diferencia.

No hombre, no soy nadie para decirte cómo tienes que escribir tu libro, cada cual es libre de plasmar su ideas como crea conveniente y ganarse la vida como crea oportuno. Esto es un foro público de debate, y tan sólo comparto contigo mi experiencia y conclusiones a este respecto. Un saludo

Gracias por tus comentarios.
En cuanto a las dosis razonables, eso es solo la introducción, así que creo que no es lugar para concretar.
Sobre si son adecuados para principiantes, está claro que me refiero a dosis bajas de los SARMs más conocidos y ligeros.
Respecto a lo mismo, precisamente el objetivo es ilustrar a esos principiantes en lo que puede ser su primer paso en la química.
Sobre lo de “legítimo”, me refiero a que tienen su hueco en el arsenal de la química, a que tienen un lugar propio y justificado, a que no están de más. Y de nuevo apelo al conocimiento conseguido mediante lecturas y mediante la experiencia propia.
Espero haber aclarado las dudas para los lectores. Reitero que esto era solo la introducción, donde el autor no puede ponerse a concretar, sino que tan solo presenta lo que, en el transcurso del libro, va a explicar.
Agradezco tus comentarios de nuevo, así como el tono en que los has hecho. En otro foro ha habido un usuario que se me ha lanzado al cuello con malas maneras.
Un saludo

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Para mí todos los esteroides sintéticos son SARMS a la dosis adecuadas, a partir de ciertas dosis empiezan a perder selectividad, al igual que esas nuevas sustancias que insistís en llamar moduladores selectivos del receptor androgénico, que lo son, como los roíds de toda la vida, con los pros y contras de estos, pero la pega de que están menos estudiados y nunca han sido fármacos a diferencia del resto de esteroides sintéticos.

Me explico, la oxandrolona es un SARM, en la dosis apropiada es poco androgénica y moderadamente anabólica.

La trembolona es un SARM, mucho menos afinidad por el tejido de la próstata y cardíaco que la testosterona y mayor por el muscular. Lo que pasa es que si te pasas de dosis al ser tan potente a nivel de SNC se convierte en un tormento.

(Disclaimer, el tremboproxelitismo y blanqueamiento de la sustancia viene dado por un soborno de una farmacéutica que quiere volver a introducirla como una alternativa a la trt de testosterona :upside_down_face:)

Ojalá se pudiera ganar la vida escribiendo. En nuestro país calculo que solo unos diez escritores pueden vivir de lo que les aporta su arte. No se venden muchos libros y eso condiciona que las ediciones sean de un máximo de 5000 ejemplares, y que las editoriales se den por satisfechas con eso.
Por esta razón yo me he dedicado más a traducir que a escribir. Tengo solo cinco o seis títulos míos publicados, pero más de ochenta obras traducidas a nuestro idioma. Las traducciones se pagan por páginas, sin importar cuántos ejemplares se vendan. En cambio, en las obras propias te dan el 8% de las ventas, sin IVA. Traducir no está tampoco bien pagado, pero al menos es dinero seguro. Escribir cuesta mucho más esfuerzo que traducir y dependes de cómo se venda el libro. He traducido obras que en EEUU han vendido un millón de ejemplares y que en España no han llegado a los cinco mil. La población estadounidense es unas ocho veces mayor que la española; sin embargo, los libros se venden unas veinte veces más. Podemos sacar las conclusiones, que cualquiera puede imaginar sin necesidad de que las diga.

Bueno, entonces para ti la cuestión se reduce a un problema terminológico. Habría que comenzar por decir a los fabricantes que se pusieran de acuerdo en las palabras empleadas para llamar a sus productos.

Lo que quiero decir es que generalmente se llaman sarma son iguales que los anabólicos tradicionales pero menos estudiados. A bajas dosis bien, pero a altas pierden su selectividad, como el resto de compuestos.

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