Experiencias sexuales

Bendita testo como nos pervierte

Vaya pedazo de hilo! Lo he leído en menos de 12 horas, porque necesitaba descansar después de mi entreno. En lo que a mi sexualidad se refiere, estoy casado hace más de 20 años con la misma mujer. El anal con ella cero patatero. Pero sí me gusta hacerlo y que me lo hagan.

Soy Bisexual. Tengo un compañero del gym para esos menesteres. Él también está casado. Y sí, para mí ambas relaciones son placenteras. Lo jodido está cuando después de estar con él, mi esposa me pide que también lo haga con ella. Pero hasta ahora, he cumplido con mis deberes con mis dos parejas. Hay que estar en forma.

Muchas gracias por el hilo. Besos y abrazos para tod@s,

1 me gusta

Di que si, cada uno ha de hacer lo que le guste!

2 Me gusta

Queda bonito desde el egocentrismo, lo chulo esta cuando es consentido por ambas partes,osino siempre sera un beneficio propio pero a traves de aprovecharte de un engaño a una persona que convive contigo dia a dia…

El acto en si no lo critico ,faltaria mas .

6 Me gusta

En el caso del compañero lo presupongo, pues cuenta el acto y pobe un primer plano de su cara.

De no ser asi, que rece por que a su mujer no le de por ciclarse y visitar el foro.:rofl::rofl::sweat_smile:

2 Me gusta

Mi esposa también es bisexual. Como yo. Y conozco a su novia. Mi esposa alterna dos días a la semana con ella. Y los demás días, si ella lo desea, folla conmigo. Por supuesto, nos cuidamos.

Mi follamigo del gym ella no lo conoce. Sabe que entreno con él, pero nada más.

1 me gusta

Hay relaciones para todo jeje, si lo lleváis bien, pues yasta

3 Me gusta

Y… felices los 4!!! Así sí :relaxed:!!

3 Me gusta

La sexualidad humana es compleja, por decirlo en una palabra. Lo que sucedió con mi esposa y conmigo, os lo explico a continuación.

Después de tener 2 hijas, y 10 años de casados, nuestra vida sexual había ido de 100 al cero absoluto. Tratamos los dos de reanimarla: juegos, películas, etc.

Nada funcionó.

Decidimos mutuamente, buscar ayuda y nos pusimos en manos de una sexóloga de mutua elección.

Ella también nos propuso cosas que ya habíamos probado y que no habían funcionado.

Al tercer mes de terapia con ella, nos propuso usar lo que ella llamó el “botón nuclear”: que hiciéramos un trío. Las normas eran comunes y lo que sucedía en la cama allí se tenía que quedar.

Lo pensamos y le dijimos que sí. Que queríamos hacerlo. Ella nos enviaría al tercero en discordia y nosotros teníamos que hacerlo con cada uno de ellos.

Hicimos un sorteo y el primer trío iba a ser el de mi esposa con un hombre más. Acordamos fecha y sitio, y nos pusimos a ello.

Fueron unos días de vértigo de pensar en lo que estábamos haciendo.

Llegó el día, y nos esperó en el hotel. Un tío de uno noventa, mazado y con una buena herramienta. Nos pusimos al lío, y a medida que iba pasando el tiempo, me di cuenta que los orgasmos de mi esposa con él eran más intensos que conmigo. Además de que él duraba mucho más tiempo con ella que yo.

Nos tomamos un tiempo para descansar, y con mi esposa en el baño, le dije que yo quería que él me penetrara. Él me dió un popper para el dolor y se puso a follarme. Mi esposa salió del baño y se puso a chuparme la polla mientras él me embestía como una bestia. Mi esposa se pone para que yo la folle, mientras él era el que marcaba el ritmo de todos nosotros.

Nunca había tenido un orgasmo como ése.

Terminamos y volvimos nuestras vidas. Pasaron unos días y me toca mi trío, con mi esposa y otra chica. En el piso de ella.

Esta mujer era una tía buenorra y multiorgásmica. Empezamos los tres, y yo llegué hasta donde pude. Reconozco que una mujer se me da bien, pero dos ya era para mí subir el Everest.

De repente se hace un silencio entre ellas dos, muy incómodo para mí, porque obviamente era el causante de todo. Me voy al baño y luego a la cocina a comer algo.

Pasé creo unos 20 minutos o más pensando en todo.

Cuando regresé a la habitación, las encontré haciendo un 69 ellas dos. Me quise incorporar a la diversión, pero mi esposa me dijo que preferían que las mirase a las dos.

La chica sacó sus juguetes, y cuando veo a mi esposa con un arnés y una polla de goma, estaba desnudo y me corrí encima. Me fui a lavarme, y ellas siguieron a lo suyo. No sé cuánto tiempo estuvieron dándole al tema. Sólo sé que veía cómo rebotaban sus tetas, sus cuerpos llenos de sudor y sus coños rojos de tanto juguete por dentro.

Terminaron y nos fuimos de allí.

Regresamos con la terapista unos días después, y nos quedamos en silencio. Recordando lo que habíamos visto, hecho y sentido. Yo abrí la boca para decirle a ellas dos, que soy bisexual y que si mi mujer se quería el divorcio, se lo daba.

Ella tenía miedo de ser infiel. Después de 10 años casados. La terapista puso todo en su lugar. Y nos dijo que mientras sigamos adelante con nuestra familia, lo que hagamos con el conocimiento del otro, está bien. Y así lo llevamos haciendo desde hace 12 años.

5 Me gusta

…pues menos mal.

1 me gusta

Si comentas que hay ese nivel de confianza como para todo eso… ¿Por qué si un día no te apetece “cumplir” dos veces no se lo dices?

No va a malas, simplemente no lo comprendo.

4 Me gusta

Es una manera de demostrarnos que nuestro matrimonio está por encima de lo que tenemos fuera.
En otras palabras, es equivalente a decir “comes fuera de casa, pero la comida de casa nunca la dejas en el plato”.

1 me gusta

Qué historiaca, mis dieces.

3 Me gusta

Desde la distancia, es fácil verlo, pero nose hay que estar en la situación así, y la verdad que yo por ejemplo creo que no sería capaz a día de hoy, de poder estar así nose, porque tienes tu pareja y al final están los dos picoteando por ahí, nose.

Pero bueno que lo veo perfecto lo que hacéis, si así sois felices.

5 Me gusta

Lo que me he podido reír :joy:

1 me gusta